TUS BRAZOS REDENTORES AUN HERIDOS
SON RAUDALES DE LUCES PARA AQUELLOS
QUE EN SUS TORPES PECADOS DESESPERAN...
TENEDLOS SIEMPRE ABIERTOS Y EXTENDIDOS,
PARA QUE, CUANDO QUIERA ECHARME EN ELLOS,
ME TENGAN QUE ABRAZAR AUNQUE NO QUIERAN.
( Manuel Benitez Carrasco )
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